miércoles, 22 de octubre de 2014

Callejas de Cine en Pucela (II)



La 2ª jornada de la Seminci, en lo que toca a la Sección Oficial, nos ha dejado sensaciones encontradas, necesaria como es en cualquier festival la discusión y la polémica, que echa sal y pimienta sobre la dulce y unánime complacencia del primer día

Una visión, entre surrealista y experimental de un joven y confuso belga que parece rebuscar migajas del período mexicano de Buñuel, hizo patalear a más de uno en la hora de la siesta del día 2. Tras un paseo,   para relajar las posaderas, volvemos al Teatro Calderón para enfrentarnos a una adaptación de un clásico del teatro: La señorita Julia, revisitado por Liv Ullmann sin escatimar un ápice de gravedad al texto de Strindberg. La noche la rematamos con el viacrucis de una adolescente y ganas dan, una vez terminada la función, de ir al juzgado de guardia (si uno creyera en la justicia) a interponer una denuncia contra las sectas "legales" que se dedican a destripar conciencias infantiles y que disfrutan abonando el sombrajo de la tristeza.

Valladolid presume de grandes avenidas pero al que suscribe le siguen gustando más las calles estrechas. Desde la ribera del Pisuerga, cuyas aguas requieren otra acepción de la RAE (nada de incolora, inodora e insípida). Y añorando la garganta de Pedro Chate os dejo un resumen.


LUCIFER  Gust Van den Berghe  (Bélgica/México)

 Ocurrencia semi-teatral del bueno de Gust, que aprovecha su casual estancia por tierras mexicanas para dejarse alucinar por individuos, exóticos para él, a los que pone delante una cámara fija y les deja expresarse haciéndoles aprender sencillos diálogos. A mi no me queda nada claro lo que intenta contarme, pero sí que tengo la sensación, durante la proyección, de que se encuentra bastante perdido, impresionado por una cultura que le fascina y que intenta aprovechar con apuntes antropológicos: tradiciones milenarias, religión, festejos, supersticiones, leyendas......

Dicen que esta sería la tercera parte de una trilogía que, si comparte los confusos criterios de Lucifer, no dudo en calificar como proyecto fallido. Otra de las extrañas aportaciones es la pantalla redonda, que tan pronto te crea la ilusión de estar presenciando la acción desde lejos, con un catalejo pirata; como de observar como se mueven los personajes dentro de una pecera o una bola de cristal de la bruja Lola.
Si tienes algo mejor que hacer, jugar a los chinos, por ejemplo, esta te la puedes saltar.

MI CALIFICACIÓN: 4 SOBRE 10


MISS JULIE (La señorita Julia)  Liv Ullmann (Noruega/R. Unido/Irlanda) 

Adaptación, bastante fidedigna, de Liv Ullman de la obra del dramaturgo sueco August Strindberg, escrita en 1888: La señorita Julia. La directora saca la acción del estado de Count (Suecia) para trasladarlo a Irlanda en la misma época, último cuarto del siglo XIX.
Los personajes que habitan el espacio escénico: Julia, Jean, la criada y el barón (materializado, exclusivamente, en sus botas) son víctimas y esclavos de su propia condición, de la que son incapaces de huir.

MI CALIFICACIÓN: 6 SOBRE 10

KREUZWEG (Camino de la cruz) Dietrich Brüggermann (Alemania/Francia)

Ascética, para acentuar lo que nos quiere contar: el camino hacia la colina del Gólgota. Catorce estaciones que transita una jovencita, inserta en una familia fundamentalista católica, con las consecuencias que se derivan del lavado de cerebro, la manipulación sobre conciencias no formadas y las transfusiones de culpa y miedo en inocentes venas, imprescindibles para conseguir los objetivos que la religión integrista o secta institucionalizada, con sede social, no lo olvidemos, en el Estado del Vaticano.

MI CALIFICACIÓN: 6 SOBRE 10 



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