lunes, 27 de enero de 2014

Película 326 # Año 11


De Tal Padre, Tal Hijo
30 y 31 de Enero
Sala Avenida - Jaraíz
21 : 00 Horas



 DIRECTOR

Hirokazu Koreeda

GUIÓN: Hirokazu Koreeda 

FOTOGRAFÍA:  Mikiya Takimoto

REPARTO: Masaharu Fukuyama, Yôko Maki, Jun Kunimura, Machiko Ono, Lily Franky

GÉNERO: Drama | Familia 

PAÍS: Japón

DURACIÓN: 120 Min.






SINOPSIS

Ryoata, un arquitecto obsesionado por el éxito profesional, vive felizmente con su esposa y su hijo de seis años; pero su mundo se viene abajo cuando los responsables del hospital donde nació su hijo le comunican que, debido a una confusión, el niño fue cambiado por otro.


¿Quién es quién?

Hirokazu Koreeda (Tokio, 1962), es una de las debilidades del Cineclub al que ya se ha asomado, con ésta, en cinco ocasiones. Desde su inolvidable Nadie sabe (2004), historia de infantes  supervivientes; pasando por la teatral y esperpéntica Hana (2006), plagada de ridículos samuráis; la sosegada herencia de Ozu: Still Walking (2008), tratado sobre como hacer poesía con una cámara de cine; y ponernos tras los ojos de dos niños en Kiseki (2011), para hacernos creer que nada estará perdido mientras existan los milagros. Hirokazu pretende emocionarnos hoy contándonos otra variante, más exótica en esta ocasión, sobre las relaciones familiares, su tema favorito. A buen seguro que lo conseguirá.
Además de las citadas, son obra también del japonés: Maborosi (1995), Without Memory (1996), After Life (1998), Distance (2001) y Air Doll (2009)



Y me parece a mi

No existe "la misma sangre", es un convencionalismo posesivo

De las siete películas que he visto de Koreeda, sigue siendo Still Walking la que más hondo me caló. Pero esa resignada atmósfera de que para sobrevivir con cierta dignidad hay que ser buenos encajadores, sigue presente en la mayoría de sus obras. Mejor, sin duda, tener cintura ante los embites que el destino nos lanza de cuando en cuando; y en esta tesitura da igual ser más o menos rico, difícilmente lo material curará las enfermedades del alma.

La sociedad nos dicta quién es triunfador, quién es políticamente correcto y quienes deben ser nuestros referentes; pero cuando nos quedamos a solas con nosotros mismos, perdemos el control por desconocer el nuevo escenario o se nos descoloca una pieza del tablero, como le sucede a Ryoata, todo se tambalea a nuestro alrededor. Si los idólatras del éxito profesional interiorizaran esta ineludible realidad, ¡otro gallo nos cantaría a todos! Ya lo decía León Tolstoi: “No hay grandeza donde faltan la sencillez, la bondad y la verdad.”

Las reflexiones que propone esta curiosa historia de hijos intercambiados en la cuna del hospital, error que se descubre seis años después, no se limitan a qué hacer con las criaturas; también a cómo han sido educados unos y otros (padres y abuelos), si fueron o no queridos en su infancia y si como consecuencia de ello arrastran traumas que les discapacitan para afrontar soluciones, en las que no importa el dinero si no los afectos.

Yo creo que en una sociedad sin tantos inútiles convencionalismos la respuesta, en el caso que nos ocupa, estaría clarísima: tus padres son quienes te alimentan, te cuentan cuentos, juegan contigo y velan por tu bienestar; y, por supuesto, puestos a optimizar y endulzar, mejor tener dos padres y dos madres que no tener ninguno.
Jaht 

De Tal Padre, Tal Hijo fue vista por 53 espectadores
La nota media de esta película, según puntuación de nuestros seguidores, fue: 8,00

Notas del Avefría

La  banda sonora de la película se encuentra basada fundamentalmente en los acordes del piano. Apoyándose en estos esenciales elementos  musicales, va dotando al film de una cadencia sosegada y serena, lo que contribuye al logro de una de las obras más íntimas y sentimentales del director Hirokazu Kore-eda.

“Las variaciones de Goldberg”  de Bach  y “Las variaciones para piano”  de Beethoven, interpretadas por Glenn Gould, fusionan con las escenas  y momentos más destacados de la cinta,  redondeando la sabia delicadeza del film.

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